sábado, 26 de septiembre de 2020

Sabio en tu propia opinión

No seas sabio en tu propia opinión...

Rom.12.16. Unánimes entre vosotros; no altivos, sino asociándoos con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión. 

No hay nada que sea más preciado por todos que el poder decir lo que pensamos sobre algo. Y cuando alguien nos escucha, o incluso cuando podemos proclamarlo y anunciarlo al mundo que los rodea, más se hinchan todavía. Se infla todavía más en sus propias opiniones. Y la palabra de Dios nos advierte muy seriamente y así lo consideramos en esta epístola del apóstol Pablo a los Romanos, sobre el peligro que esto supone. Dice aquí en el capítulo 12, versículo 16, que no debemos ser sabios en nuestra propia opinión. Tenemos que darnos cuenta del peligro que esto supone.

Cuando somos sabios en nuestra propia opinión, creemos que todo lo estamos haciendo bien, pero no es así porque nos equivocamos, somos seres imperfectos y solo Dios nos puede dar la sabiduría para poder seguir hacia a delante.

Muchas personas pretenden practicar la sabiduría, pero para sus propios beneficios. Aunque ellos tienen momentos buenos, llegan momentos malos en los que no saben qué hacer. Ellos dicen “yo sé hacer de todas las cosas”, “solo yo y nadie más me puede enseñar porque lo sé todo”, pero cuando llega el momento se están ahogando y con vergüenza porque no pudieron hacer nada de lo que se proponían.

Pro.3.5. Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. Pro.3.6. Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas. Pro.3.7. No seas sabio en tu propia opinión; Teme a Jehová, y apártate del mal; Proverbios 3:8 Porque será medicina a tu cuerpo, Y refrigerio para tus huesos.

El hombre que es sabio en su propia opinión siempre estará mal, porque no deja que nadie lo ayude, sino que esa persona dice: “No necesito ayuda, yo puedo solo”, y por ser altivo viene el mal y lo atrapa por no dejar que el Señor (ni nadie) le guíe.

Nuestra opinión, nuestras brillantes ideas y nuestro intelecto están afectados por el pecado. No podemos sobrevalorar la razón humana pues nuestra mente necesita ser renovada y ser transformada para imitar a Cristo. (Ro. 12:2/ Fil. 2:5) 

Nos hacemos necios cuando creemos que somos más sabios que Dios al hacer las cosas a nuestra manera, en nuestro tiempo y para nuestros propios fines. Lo que Dios dice respecto al hombre, a la mujer, al matrimonio, a los hijos, al sexo pre-matrimonial, la homosexualidad, la humildad de carácter, la sumisión a las autoridades… a todo! es porque en su sabiduría y soberanía Él ha decidido que así sea. Él es DIOS. Toda Su Palabra es sabia y perfecta (Sal. 19: 7-14)

Por todos es sabido que la autosuficiencia y la falta de necesidad de referentes son una necedad a todos los niveles, pero también lo es en estos asuntos, aunque la persona sabia en su opinión no quiera verlo. 

No te dejes impresionar por tu propia sabiduría. En cambio, teme al Señor y aléjate del mal. Entonces dará salud a tu cuerpo y fortaleza a tus huesos. (Proverbios 3:7-8).

  • Pro.3.7. No seas sabio en tu propia opinión; Teme a Jehová, y apártate del mal; 
  • Pro.3.8. Porque será medicina a tu cuerpo, Y refrigerio para tus huesos. 

El sabio en su propia opinión es reacio para aceptar consejo u observaciones, se cree que todo lo sabe, incluso argumenta poniendo de su cosecha para dar respuestas a sus ideas, que en ocasiones no tienen sentido.

(Isaías 47:10-11).
»Te sentías segura en tu maldad. “Nadie me ve”, dijiste.
Pero tu “sabiduría” y tu “conocimiento” te han descarriado, y dijiste: “Yo soy la única, y no hay otra”.
Por eso te alcanzará el desastre, y serás incapaz de alejarlo por medio de encantos.
La calamidad caerá sobre ti, y no podrás comprar tu libertad.
Una catástrofe te sorprenderá; una para la cual no estás preparada. 

Muchas veces la maldad se conjuga con los que se creen que se la saben todas, estas personas están llenos de formas de actuar y de justificar sus acciones, haciéndose pasar por personas generosas, pero sus corazones están llenos de perjuicios y engaños. Se disfrazan de piadosos queriendo dar la imagen de ayudar a la gente, pero sólo quieren sacar provecho de sus astucias. Y hay quienes caen en sus manos dejándose encantar por sus mentiras. Esto se reconoce fácilmente en los adivinos, hechiceros, los que predicen con brujería, creyendo saber el futuro de los de más con engaños. Sin embargo cuando un creyente cae en esta trampa es más difícil determinar donde inicia la mentira, solo frente a la palabra de Dios se puede distinguir cuando ya cayó en este tipo de comportamiento.

Isa.44.24. Así dice Jehová, tu Redentor, que te formó desde el vientre: Yo Jehová, que lo hago todo, que extiendo solo los cielos, que extiendo la tierra por mí mismo; Isa.44.25. que deshago las señales de los adivinos, y enloquezco a los agoreros; que hago volver atrás a los sabios, y desvanezco su sabiduría. 

No busques el consejo del sabio mentiroso, por que sus caminos están llenos de iniquidad, y sus palabras de sabiduría terrenal, que hacen de la verdad una mentira, engañarán a muchos y llevarán al fracaso a quienes confíen en ellos. Estos hombres hablan de la evolución del hombre, de que todo es normal, hasta aceptan el pecado como si fuera una condición humana que se puede vivir con ella, desafortunadamente también utilizan estratagemas de Satanás, calumniando, aparentando piedad, crueles, ingratos, amadores de sí mismos.

2Ti.3.1. También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. 2Ti.3.2. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, 2Ti.3.3. sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, 2Ti.3.4. traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, 2Ti.3.5. que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita. 

Como dicen las Escrituras: 
1Co.1.19. Pues está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, Y desecharé el entendimiento de los entendidos. 

Así que, ¿dónde deja eso a los filósofos, a los estudiosos y a los especialistas en debates de este mundo? Dios ha hecho que la sabiduría de este mundo parezca una ridiculez.

Ya que Dios, en su sabiduría, se aseguró de que el mundo nunca lo conociera por medio de la sabiduría humana, usó nuestra predicación «loca» para salvar a los que creen. 

1Co.1.19. Pues está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, Y desecharé el entendimiento de los entendidos. 1Co.1.20. ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? 1Co.1.21. Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación. 

Un sabio fue una vez a un maestro para preguntar sobre el cielo. Mientras el maestro le explicaba, el sabio le interrumpía constantemente con observaciones como: «¡Oh, sí, nosotros también tenemos eso…!», «Nosotros también hacemos eso», y así sucesivamente. Finalmente el maestro y paró de hablar y empezó a servir té al sabio. Le llenó la taza, y entonces continuó vertiendo té hasta que la taza se desbordó. «¡Basta!», interrumpió una vez más el sabio. «¡Ya no cabe más en la taza!» «Efectivamente, ya lo veo», respondió el maestro. Si no vacías primero tu taza, ¿cómo puedes saborear mi taza de té?

Reflexión. 
Tus propias sabidurías de interpretaciones de la verdad y de tus propios conceptos te alejan de Dios, te llevarán a falsas doctrinas.
Palabras de Jesucristo. 
En una ocasión, Jesús hizo la siguiente oración: «Oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, gracias por esconder estas cosas de los que se creen sabios e inteligentes, y por revelárselas a los que son como niños. (Mateo 11:25). 
Mat.11.25. En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños. 


Tiempo de Pensar. 
No te creas que todo lo sabes, teme a Dios y sabrás la verdad de tu vida.
Jua.8.31. Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; Jua.8.32. y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. 

Si bien es cierto que cada uno tiene la libertad de poseer un "Criterio propio" para emitir su opinión según lo que se discierne sobre algo; también es una gran verdad que no se debe caer en el extremo de aquellos que se creen "Sabios en su propia opinión". 

Antes de emitir nuestro punto de vista con respecto a algo, primeramente lo debemos filtrar con el punto de referencia siguiente: ¿Que tanto conozco a Cristo y Su Palabra o Que me motiva a exponer esto que opino? Porque si creemos que con nuestra experiencia, línea de pensamiento o cultura que nos influencia es suficiente para creer que somos muy sabios en lo que debatimos, sencillamente estamos perdidos.
San.3.13. ¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. San.3.14. Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; San.3.15. porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. 

Nuestras opiniones, que muchas veces tanto defendemos, a veces son fortalezas que deben caer para poder avanzar; algunas de ellas tienen asidero en la concupiscencia de nuestra carne y el legado de tradiciones humanas heredadas del mundo y auspiciadas por nuestro ego y orgullo... A menos que esas opiniones no sean solo personales sino las que el Señor ha formado en nosotros, fundadas en la verdad...
1Co.3.18. Nadie se engañe a sí mismo; si alguno entre vosotros se cree sabio en este siglo, hágase ignorante, para que llegue a ser sabio. 1Co.3.19. Porque la sabiduría de este mundo es insensatez para con Dios; pues escrito está: Él prende a los sabios en la astucia de ellos. 

Ser transformados significa tener humildad y un espíritu dispuesto a aprender diariamente, desechando lo que hoy tenemos como confiable o a esa intelectualidad arrogante por alcanzar la opinión del Padre en nuestra alma y crecer en Gracia.

Vamos a cuidarnos de que esa opinión propia no nos convierta en seres blasfemos y de corazón perverso, sino cuidemos de tener un corazón noble y un espíritu abierto para todo aquello que el Eterno nos quiera enseñar, así la enseñanza venga de un niño.

La humildad es la clave, vamos a pedírsela al Señor.

Algunos textos para reflexionar
  • El verdaderamente sabio no cree serlo en su propia opinión. Más bien es prudente. 
  • Es justamente el necio el que se ve sabio ante sus ojos. El mensaje es bien claro: “No seas sabio en tu propia opinión” (Prov. 3:7) “porque más esperanza hay del necio que de él” (Prov. 26:12) · 
  • El sabio se caracteriza por escuchar. Es el oír lo que aumenta su consejo. (Proverbios 1:5). 
  • El que desoye, por el contrario, es considerado necio. También mira y observa a otros que son considerados sabios y aprende de ellos. (Prov. 6:6) (Prov. 19:20). 
  • El sabio acepta la corrección y aprende de ella. Es más, ama al que le corrige porque sabe que es la única manera de crecer en sabiduría y porque entiende que no es una amenaza en ningún sentido. (Prov. 9:8). 
  • El sabio produce alegría a su alrededor, no como el necio, que lleva a tristeza a los que le escuchan. (Prov. 10:1).
  • El sabio se caracteriza más por callar que por hablar. Como diríamos hoy, al necio “le pierde la boca”. (Prov. 17:28).
  • El sabio teme y se aparta del mal, mientras que el necio se muestra insolente y confiado en su propia sabiduría. (Prov. 14:16).
  • Tanto sabios como necios se agrupan con aquellos que les son afines, aunque obviamente los resultados son bien distintos. (Prov. 13:20).
  • Es el testimonio de Dios es que hace sabio al sencillo. (Salmo 19:7). 
  • “El temor de Jehová es el principio de la sabiduría, y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia.” (Prov. 9:10).
  • Así, principalmente, lo que caracteriza al necio por encima de cualquier otra cosa y lo distingue del sabio es que dice en su corazón: “No hay Dios”. (Salmo 14:1)
Oración. 
Señor, Concédeme la capacidad de poder entender tu Palabra, la cual está llena de tú sabiduria. Para ser fortalecido en tu verdad y conocimiento. Para entender tu Palabra y descubrir el engaño de aquellas personas falsas. Amén.

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